La historia del museo Reina Sofía está rodeada de un halo de misterio. Su peculiar emplazamiento, en el centro de todo Madrid, ha sido a lo largo de la historia testigo de enfermedades, guerra y muerte.
Sucesos anteriores al museo Reina Sofía
En el siglo XVI, Felipe II decide crear en el lugar un albergue para mendigos y gente sin recursos, donde poder finalizar sus últimos días en este mundo. Se cree que el subsuelo está repleto de restos humanos de aquella época.
Un siglo más tarde, Carlos III decide hacer una reforma para centralizar todos los centros médico de la zona en un único edificio y selecciona esos terrenos para construir un Hospital. A partir de ese momento millares de personas pierden la vida entre sus paredes a causa de las epidemias y la peste.
Comienzan a surgir leyendas sobre duendes y fantasmas que avisan del día y la hora de la muerte a los enfermos.
Con la llegada de la guerra civil se transforma el lugar en un Hospital de Sangre para los heridos, y una de las zonas se habilita para ser una cárcel y sala de torturas para prisioneros.
En 1965 se clausura, se empiezan a ver vagabundos y gatos por sus pasillos los cuales convierten este edificio en su hogar.
Unos años después, en 1982 empiezan la construcción del actual museo Reina Sofía.
La restauración del museo y sus fenómenos paranormales
En el año 1990 comienzan las reformas del museo.Aparecen restos humanos de niños, adultos y monjas y comienzan los sucesos paranormales.
Muchos trabajadores refieren haber sentido presencias, puertas que se abren o cierran solas, ruidos y golpes. Además se ha reportado el avistamiento de una procesión espectral de monjas por sus pasillos.
El sótano parece ser el lugar con más fenomenología, se cree, debido a los enterramientos del siglo XVI.
Grupo HEPTA y su investigación paranormal
Tras los numerosos reportes de sus empleados, se contacta con el grupo HEPTA en el año 92 y 95 para que investigue los fenómenos.
Durante una de las investigaciones se corroboró que los ascensores subían y bajaban solos incluso sin suministro eléctrico.
La Ouija
Tras estos sucesos, algunos de los vigilantes del museo se toman a broma o con poca seriedad el asunto y realizan una ouija para “hablar” con el “supuesto” espíritu.
Durante la celebración de esta, una entidad se manifiesta con el nombre de “Ataúlfo” e augura una fatalidad en la familia de uno de ellos. Unos días más tarde el familiar de uno de los vigilantes fallece en un accidente de tráfico.
Finalmente solicitan un exorcismo a la Consejería de Medio Ambiente, pero esta, no tomándose muy en serio el tema lo etiqueta de broma y cierra el caso.
Actualmente
Aún hay trabajadores del museo que refieren sentir sensaciones extrañas y fuera de lo común, como presencias, pasos, la sensación de que alguien les toca, golpes, movimientos de objetos, etc
¿Qué hay de verdad y de sugestión en este lugar?, nadie lo sabe. Lo mejor es no juzgar, experimentar por uno mismo y sacar nuestras propias conclusiones…