Sanatorio de Los Molinos
Sanatorio de LOS MOLINOS
Muchos aseguran haber experimentado episodios paranormales en el sanatorio militar de Los Molinos, en plena sierra de Guadarrama, pero no tantos se atreven a volver.
En la sierra de Guadarrama existen varios hospitales y sanatorios abandonados, construidos a principios de los de los años 40 para erradicar la enfermedad de la tuberculosis, pero los avances médicos y las nuevas medicinas cambiaron de rumbo la manera de atacar esta enfermedad dejando a un lado aquellas moles de ladrillo y hormigón que hasta entonces ubicadas en plena sierra permitían respirar aire puro lejos de la contaminación.
Aunque los más supersticiosos dicen que el Sanatorio de Marina, como era conocido, esconde una leyenda sobre almas que quedaron atrapadas en su interior, los menos creyentes aseguran que tiene una explicación muy sencilla, compartida con el resto de hospitales cerrados. Suele ser okupado por vagabundos y utilizado para hacer botellones y apuestas, así como los citados rituales.
Los pasos, dicen, no son más que los animales que se han resguardado bajo su techo, convirtiéndolo en un espacio de paso y hozo.
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El sanatorio militar de Los Molinos fue levantado en 1943 para sanar a los militares españoles con dolencias respiratorias. La pureza del aire de la sierra era óptima para su tratamiento. Enorme, de seis plantas, durante años se especializó en neumología, siendo un referente en este campo. Sin embargo, los avances médicos en esta enfermedad condenaron al hospital a renovarse, algo que no llegó a consumar. En 2001, el Ministerio de Defensa cerró sus puertas y, desde entonces, ha sido objeto de saqueadores, curiosos, vándalos y seguidores de lo paranormal que no solo han estigmatizado su nombre, sino que también han destrozado sus instalaciones.